(IV) Las reformas de Josías y la centralización del culto a Yahvé

A pesar de la existencia del Templo de Jerusalén, construido por Salomón, la idolatría continuaba siendo una práctica común en el reino de Judá. En varios yacimientos arqueológicos judaítas, como Tel Arad o Tel Beersheva, se han encontrado restos de templos y altares destinados al culto religioso.

En el año 622 a. C., el rey Josías, descendiente directo de David, decidió erradicar los santuarios de culto extranjero o sincretista de la periferia del reino. Pero la reforma de Josías no se limitó a la destrucción de los templos rurales. Sus medidas generaron la primera gran revolución en la historia del judaísmo: la adoración exclusiva a Yahvé en un único lugar (Jerusalén), la observancia centralizada y nacional de las principales fiestas judías (Pésaj, Shavuot y Sucot) y la aprobación de un conjunto de leyes sobre la justicia social y el bienestar personal.

Templo rural judaíta hallado en las excavaciones
de Tel Arad (siglo VIII a. C.)

La centralización del culto a Dios en Jerusalén se vio también influenciada por un repentino e inesperado descubrimiento. Durante la remodelación del Templo, ordenada por Josías al sumo sacerdote a finales del siglo VII a. C., fue hallado un libro de leyes que la tradición atribuye al propio Moisés: el Libro del Deuteronomio o segunda ley,

Esta segunda ley, que da origen a la tradición deuteronómica de la Biblia, enfatiza la importancia de Jerusalén como capital nacional y religiosa del pueblo judío. El Deuteronomio fue hallado -o escrito- precisamente en un periodo de crisis de unidad de Israel.

Y subió el rey al Templo de Dios con todos los hombre de Judá y todos los moradores de Jerusalén, y los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo, y leyó ante ellos todas las palabras del Libro del Pacto que había sido hallado en el Templo de Dios. Y el rey, de pie sobre una plataforma, hizo un pacto ante Dios para guardar sus mandamientos, testimonios y estatutos con todo su corazón y toda su alma en confirmación de las palabras del pacto escrito en el libro. Y todo el pueblo se adhirió a la alianza (2 Reyes 23:2-3).

Como parte de sus reformas, ordenó Josías que todos los sacerdotes y levitas se trasladaran a Jerusalén para dedicarse plenamente al trabajo sagrado en el Templo. Según el arqueólogo Israel Finkelstein y el historiador Neil Silberman, las reformas llevadas a cabo por el rey Josías establecieron los cimientos del judaísmo y el cristianismo del futuro.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

No entiendo

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