El primer cementerio (judeo) cristiano

Iglesia de Dominus Flevit, en el monte de los Olivos

Domingo, 10 de nisán, año 30. Jesús se acerca a Jerusalén desde Jericó montado sobre un asno. El pueblo, formado a ambos lados del camino, lo recibe con ramas de palma y cánticos de alabanza. Pero lo que comienza como una marcha triunfal finaliza cuando Jesús llega al monte de los Olivos y la hermosa vista del Templo de Jerusalén se extiende a sus pies. Una enorme emoción se apodera de él:

"Al acercarse y ver la ciudad lloró por ella, y dijo: -¡Ojalá en este día conocieras tú también el mensaje de paz! Pero está oculto y no puedes verlo. Porque llegará un día en que tus enemigos te roderarán con trincheras, te cercarán, te estrecharán por todas partes, te echarán al suelo, matarán a todos tus habitantes y no dejarán de ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo en el que Dios te ha visitado"
(Lucas 19:41-44).

La Iglesia de Dominus Flevit (el Señor lloró) fue erigida en el lugar donde supuestamente Jesús lloró y profetizó la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén, sobre el monte de los Olivos. Durante las excavaciones arqueológicas que precedieron a la construcción de la iglesia (1953-1955) fueron hallados un cementerio, que data de la época romana, y los restos de un antiguo monasterio bizantino. El arquitecto Antonio Barluzzi edificó la actual iglesia saltándose el habitual protocolo eclesial que establece que el ábside debe estar situado en el extremo oriental, es decir al este de la nave central. De este modo los fieles tienen la posibilidad de rezar exactamente en el mismo ángulo en el que Jesús se escontraba cuando se lamentó por el futuro de Jerusalén y, gracias a un enorme ventanal de cristal, contemplar la misma vista. La forma de lágrima de la capilla simboliza el llanto de Jesús por la destrucción de Jerusalén.

Vista de Jerusalén desde Dominus Flevit

En el patio de la iglesia hay un cementerio donde puede apreciarse una gran colección de osarios y sarcófagos. Algunos de esos osarios tienen signos cristianos evidentes, como la cruz o el crismón, lo que ha llevado a los franciscanos, que administran el lugar, a suponer que se trata del cementerio de la primera comunidad judeocristiana de Jerusalén.

La práctica de sepultar a los muertos en osarios comenzó aproximadamente unos treinta años antes del nacimiento de Jesús, más o menos a partir del reinado de Herodes el Grande. Los arqueólogos y teólogos sospechan que la creencia judía en la resurrección del cuerpo instigó a una acumulación y preservación de los huesos para el día del Juicio Final. La destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. puso fin a la tradición cada vez más popular de los osarios antes de que ésta se extendiera más ampliamente. Con lo cual, la existencia de un osario en una tumba es tan fiable como la prueba del carbono-14 para datarla.

Colección de osarios en el cementerio hallado en el patio de Dominus Flevit

El monasterio bizantino descubierto en las excavaciones, sobre el que se encuentra la actual iglesia de Dominus Flevit, solamente demuestra que el lugar estaba habitado por cristianos en el siglo V d.C. Pero el hallazgo de osarios con el símbolo de la cruz y el crismón es, para algunos investigadores, una prueba indiscutible de la existencia de una cultura cristiana ininterrumpida después de la muerte de Jesús.

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