Imaginemos una ciudad muy antigua que se encuentra a poca altura. Llega un invasor desde tierras lejanas y arrasa con la ciudad. Los sobrevivientes vuelven a construir la ciudad en el mismo lugar, cubren con tierra las ruinas que dejó el invasor y construyen por encima. Un siglo más tarde un terremoto destruye de nuevo la ciudad. Otra vez más, la ciudad es construida encima de las ruinas que a su vez están arriba de otras ruinas anteriores. Dos siglos más tarde ocurre un incendio y la ciudad vuelve ser destruida. De nuevo, vuelta a empezar. Cada vez que la ciudad es reconstruida sobre una nueva capa de ruinas va subiendo en altura. Así se forma lo que en arqueología se denomina tel. Una colina formada no por la naturaleza, sino por la acumulación de capas de ruinas de edificios construidos por el hombre. Los tels son un fenómeno muy raro en el mundo, los hay en el Medio Oriente aunque tampoco son muy frecuentes. Sin embargo en Israel los hay por decenas.
El ejemplo más impresionante es el de Meguido. Asentamiento destruido y vuelto a construir no menos de 25 veces. Sí, han leído bien, 25 veces. La última vez hace más de 2500 años. Quizás no sea casualidad que justamente en ese lugar, que ha visto tanta destrucción, es donde según la fe cristiana comenzará el fin del mundo, la gran batalla final entre el bien y el mal. En hebreo lo llamamos Tel Meguido o Ar Meguido, y fue traducido al griego como Armagedón en el Nuevo Testamento (Apocalipsis de San Juan). Un lugar que vale la pena visitar. Recomiendo no esperar hasta que estalle la guerra entre Gog y Magog para la visita.
Para conocer el Armagedon no hace falta un transbordador espacial,
alcanza con un avión que lo lleve a Israel.
¿Por qué construyeron la ciudad tantas veces en el mismo lugar donde fue destruida? No fue por masoquismo. La ubicación era excelente, ya que reunía las cuatro condiciones: su altura en medio de un valle le otorgaba una importante ventaja estratégica para su defensa militar (1); contaba con su propia fuente de agua potable (2); con buenas tierras para la agricultura (3); sobre el camino (4) internacional que une a Egipto con Mesopotamia. A modo de comparación, Jerusalén en la antigüedad sólo cumplía con una de esas condiciones: el agua (gracias al manantial Guijón). En la Tierra de Israel eran pocos los sitios que reunían las condiciones, no había mucho de donde elegir. Por eso la gente volvía a instalarse en los mismos lugares cuando eran arrasados y por eso se formaron tantos tels. Pero no es el caso de Tel Aviv, que fue construida por primera vez en 1909 al nivel del mar. ¿Por qué se llama Tel Aviv entonces? Eso es tema para otro post.
Esto no es una pipa un tel
Aunque Meguido sea quizás el tel más importante por la asombrosa cantidad de capas y su significado religioso, a mí personalmente los que más me gustan son Tel Dan y Tel Banias (Cesaria de Filipo). Me encanta cómo las ruinas de distintos períodos se mezclan con la tupida vegetación que las cubre casi por completo. Como si las ruinas se asomaran de entre las entrañas de la tierra para enviarnos saludos desde tiempos remotos. Los arqueólogos no han destapado más que un porcentaje diminuto, ¡quién sabe cuántos tesoros queden escondidos bajo las raíces de esos arboles!
Esto sí es un tel: Tel Dan.
En la foto se ve parte de un altar del siglo VIII a. C.
construido según el modelo del Templo de Salomón.
2 comentarios:
Ruben, un texto muy interesante. Muchas gracias! Aprovechando mi estancia en Israel el pasado verano para estudiar hebreo, Yo también tenia pensado escribir sobre temas históricos y curiosidades varias pero reconozco que al final acabé escribiendo sobre política y sobre el conflicto con los palestinos :S. Muy buena iniciativa y kadima!
Excelente trabajo literario acerca de Israel, que motiva viajar a esos históricos lugares. Siempre me ha llamado la atención Megido, por lo que fue, por lo que es y por lo que ahí acontecerá. Dios permitirá viajar a recorrer esas tierras. Muchas gracias al autor de este trabajo.
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