Napoleón y los muros de Akko

Si bien Akko o Acre existe desde hace aproxidamente 4000 años, no tuvo gran importancia hasta sus dos grandes períodos de esplendor. El primero en el Siglo XIII, como capital del segundo Reino Cruzado. Luego en tiempos modernos, desde mediados del Siglo XVIII, cuando pasó a ser la capital regional, dentro del Imperio Otomano. Allí se establecieron una serie de gobernadores locales que la hicieron florecer, fortificando murallas, construyendo un acueducto, desarrollando el puerto y el comercio, y centralizando en ella el gobierno de la región.

Ahmad Al-Jazzar, no fue el primero de los gobernadores de Akko, pero sí uno de los más importantes. Al acercarse a Akko, puede divisarse a lo lejos una gran cúpula verde, sobre la gran mezquita que construyó y que lleva su nombre: Mezquita Al-Jazzar. Hasta el día de hoy, una de las mezquitas más grandes de Israel. Contiene una gran reliquia para los muslmanes: un pelo de la barba de Mahoma.

Mezquita Al Jazzar. Imagen de Wikipedia.


Al-Jazzar derrotó nada menos que a Napoleón Bonaparte. En 1799, Napoleón partió desde Egipto con la intención de conquistar la Tierra Santa. Después de tomar Ramle y Jope, Napoleón podría haber avanzado hacia Jerusalén, pero decidió pasar de largo y seguir hacia Akko. Jerusalén sería la Ciudad Santa, pero la ciudad importante desde el punto de vista político y militar era Akko. Napoleón sitió la ciudad, creyendo que la tomaría con facilidad. Pero Al-Jazzar contaba con apoyo: una flota británica lo protegía y abastecía desde el mar, y un militar francés enemigo de Napoleón lo asesoraba dentro de la ciudad. Después de casi dos meses de sitio, los franceses finalmente consiguieron abrir una brecha en los muros de Akko y penetrar en la ciudad. Dentro los esperaba una terrible sorpresa: Al-Jazzar había construido otra muralla más, los soldados franceses que penetraban quedaban atrapados entre los dos muros. Finalmente, después de haber sufrido numerosas bajas, Napoleón no tuvo más alternativa que retirarse y regresar a Egipto.

Los inmensos muros que se ven hoy al entrar por la entrada principal a la parte antigua de Akko, no son iguales a los que Napoleón luchó por derribar. Después de la retirada, Al Jazzar fortificó la ciudad más aún, ensanchando las murallas para que pudieran resistir fuego de artillería.

Muros de Akko, imagen de wikipedia.

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