La Mona Lisa de Galilea

En el Museo del Louvre de París hay un cuadro muy especial con el retratro de una mujer. Una de las tantas peculiaridades de ese cuadro es que, no importa desde qué ángulo uno mire a la mujer retratada, siempre ella devuelve la mirada. O al menos eso parece. Ese cuadro se llama La Mona Lisa, y su autor es Leonardo Da Vinci.

Esa extraña sensación se debe a una avanzada técnica pictórica que, según casi todas las enciclopedias de arte, tiene su origen en el Renacimiento. Pero hay algo que muchas de esas enciclopedias ignoran. En 1986 una delegación arqueológica de la Universidad Hebrea de Jerusalén descubrió en una de las casas de la antigua ciudad de Séforis (Tzipori), en Galilea, el siguiente mosaico que data del siglo III d. C:


La mujer que aparece en el mosaico de Séforis está hecha exactamente con la misma técnica empleada por Da Vinci. Por ese motivo los expertos la bautizaron con el nombre de la Mona Lisa de Galilea. Actualmente este mosaico es una de las grandes atracciones de interés con los que se encuentra el turista que visita Galilea, en el norte de Israel.

Séforis fue durante los siglos II y III d. C. la principal ciudad judía de Israel, que en esa época todavía se encontraba bajo dominación romana. Destacados tanaím -Rabí Yosi, Rabán Shimón ben Gamaliel y Rabí Yehuda Hanasí, entre ellos- vivieron en Séforis. Fue también la sede del Sanedrín durante la primera mitad del siglo III.

La relación entre la arqueología y las fuentes escritas no suele ser un acontecimiento frecuente. Dice la Torá: "Cara a cara habló el Eterno con vosotros en el monte, en medio del fuego" (Deuteronomio 5:4). Este versículo fue cuestionado por los alumnos de Rabí Yojanán, un importante taná, quienes se preguntaron cómo es posible que Dios hable con cada uno "cara a cara", es decir, por separado. La asombrosa respuesta de Rabí Yojanán cobra relevancia en el hallazgo arqueológico: "Así como el icono de esa mujer mira a todos y a cada uno, incluso si la miran mil personas a la vez, y cada uno siente que ella le devuelve la mirada, del mismo modo Dios habló con todos en el monte" (Pesikta Rabati, Éxodo).

Rabí Yojanán vivió en el siglo III d. C. en la ciudad de Séforis. La casa en la que se encuentra el mosaico de la mujer data del siglo III d. C. Significa esto que existe la posibilidad de que Rabí Yojanán se encontrara frente a la Mona Lisa de Galilea en el momento en que daba la respuesta a sus discípulos. O como mímino conocía ese mosaico.

El mosaico -hecho con más de un millón de piedras de 28 colores- se encuentra en el triclinium de una enorme casa de dos pisos con jardín frente al teatro de la ciudad. Debido a que se trata de la casa más grande y lujosa hallada en Séforis se sospecha que pudo haber sido la casa de recepción del gobernador romano o de un gentil acomodado.

¿Quién era esa mujer? ¿A quién pertenecía realmente la casa? ¿Por qué un importante rabino del siglo III d. C. hace una analogía entre el mosaico de la casa de un gentil y el mismísimo Dios? El innegable hecho de que Rabí Yojanán conocía el icono es motivo suficiente para plantearse esos y otros muchos interrogantes. Pero eso es tema para otro post.

Cardo de Séforis

1 comentarios:

Hasbarats dijo...

Fantàstico post! Aprender es un placer.

Publicar un comentario