Herodión: resumen histórico.

De Herodes a Herodión 

Herodes el Grande es conocido por dos cosas: los grandes edificios que construyó y la gran cantidad de gente que mató. Según el Evangelio de Mateo, mandó a matar a todos los niños de Belén por miedo a que allí hubiese nacido el mesías, el legítimo rey. Según Falvio Josefo, Herodes mandó a matar a una de sus esposas y dos de sus hijos, también por miedo a que intentaran quitarle el trono. Se decía que era más seguro ser el cerdo de Herodes que ser su hijo (a los cerdos no los mataría porque no son kasher y como judío no los comería). Pero al parecer, incluso un hombre tan sanguinario como Herodes amaba a su mamá.

En el año 40 A.C., cuando Herodes aún no era más que el gobernador de Galilea, la región fue invadida por los partos. El Imperio Parto, enemigo acérrimo del Imperio Romano, provenía de Persia, actualmente Irán. Herodes era aliado de los romanos y tuvo que huir con su familia. Junto a una colina cercana a Belén se desató una batalla con sus perseguidores, de la que Herodes salió victorioso, pero en medio de la lucha volcó el carro en el que iba su madre. Herodes temió haber quedado huérfano, hasta que vio que su amada madre estaba ilesa. Luego continuó su huida y llegó hasta Roma. Tres años más tarde, en el 37 A.C., regresó con tropas romanas, derrotó a los partos y fue coronado rey.

Aquella colina, donde Herodes casi había perdido a su madre, cobró para él un valor especial. Durante su reinado, Herodes el Constructor levantó grandes ciudades, puertos, templos, teatros, además de una docena de fortalezas y palacios a lo largo y ancho del reino. Pero fue precisamente en aquella colina donde construyó la única fortaleza que llevaría su nombre: Herodión. Y fue también allí donde decidió ser sepultado. Para que el sitio se transformara en un gran monumento a su persona, mandó tapar la fortaleza con toneladas de tierra, cambiando la forma de la montaña en una especie de cono cortado, parecido a un volcán, que se distingue con facilidad a la distancia. A mitad de la montaña erigió un magnífico mausoleo.

Restos de la fortaleza sobre la cima del monte.

Judíos contra Roma

Herodes murió y fue enterrado en el año 4 A.C. Siete décadas más tarde, en el 66 D.C., estalló la Gran Rebelión de los judíos contra Roma. En el año 70, los romanos tomaron la ciudad de Jerusalén y destruyeron el Templo, otra de las grandes obras de Herodes (véase "Qué es el Muro de los Lamentos"). Después de la destrucción de Jerusalén, aún quedaban unos pocos focos de rebeldes judíos atrincherados en fortalezas herodianas, incluyendo Herodión y Masada. Al igual que en la más famosa Masada, también en Herodión los rebeldes construyeron una sinagoga, una de las sinagogas más antiguas del mundo cuyos restos se pueden ver hasta el día de hoy. Aunque se sirvieron de sus fortificaciones, cabe suponer que los rebeldes no sentían simpatía por el difunto Herodes, lo consideraban servidor de los romanos, opresor del pueblo y usurpador del trono. Tal vez expresaron su desprecio destruyendo el mausoleo y desechando sus huesos. Finalmente los romanos también tomaron Herodión en el año 71, al parecer sin demasiada dificultad, sin necesidad de un sitio prolongado y un gran operativo militar como el que aplicarían luego en Masada.

La antigua sinagoga.

La Gran Rebelión fue derrotada, pero el descontento de los judíos ante el dominio romano subsistió. Cuando el Emperador Adriano decidió transformar a Jerusalén en una ciudad pagana y construir un templo a Júpiter sobre las ruinas del Templo de Jerusalén, estalló la Rebelión de Bar Kojba. Los judíos lucharon lo que hoy llamaríamos una guerra de guerrillas. Bar Kojba, el líder de la rebelión, sabía que no se podía derrotar al poderoso ejército romano en un enfrentamiento frontal. Los rebeldes se escondían en cuevas y pasadizos subterráneos, de allí salían a atacar a los romanos por sorpresa y volvían a ocultarse. En Herodión se pueden visitar impresionantes túneles y pasajes ocultos, excavados para este fin. Así resistieron durante tres años, del 132 al 135, hasta que los romanos vencieron otra vez. Herodión quedó abandonado casi por completo hasta la época moderna.

Pasadizos subterráneos.

En busca de la tumba perdida

En 1972, el profesor Ehud Netzer de la Universidad Hebrea de Jerusalén, comenzó a excavar Herodión con el propósito de encontrar la tumba de Herodes. Pero los restos de la tumba, quizás destruida por los rebeldes judíos en el Siglo I, no aparecían por ningún lado. El eminente arqueólogo tardó 35 años en descubrir su ubicación exacta. El hallazgo por fin fue anunciado en el 2007: restos de un majestuoso mausoleo con tres sarcófagos rotos y vacíos, que posiblemente habían contenido los cuerpos de Herodes y otros dos miembros de su familia. Al poco tiempo el Profesor Netzer sufrió un trágico accidente, cayó cerca de la tumba que tanto había buscado y murió. Que su recuerdo sea bendito.

Hoy en día los restos del mausoleo y los sarcófagos se exhiben en el Museo de Israel, en la sección de arqueología.

Modelo del mausoleo.

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